Extraño inquilino

El capitán del caminavientos no le quitaba los ojos de encima. Si, había definitivamente algo noble en su mirada, pero daba miedo.
Era un tipo considerablemente robusto, de apariencia tranquila y los ojos claros característicos de la familia real de los elementales de tierra, su mirada denotaba inteligencia, eso no cabía duda. Pero su rostro estaba serio, de expresión gélida como las nieves perpetuas, una mascara impenetrable.
Su pelo marrón caía a ambos lados de su armadura por detrás de la espalda y la clavícula. Enfundado en su blanca y brillante armadura de inquisidor su aspecto era si cabe aun mas formidable y temible.

"Un tipo extraño." Pensó el capitán del caminavientos.

Frente a ellos se extendía Unión y su puerto aerial, ornamentado con clase y de un pulcro blanco que casi deslumbraba.

Consistía en un enorme disco por el que las naves podían pasar tanto por arriba como por abajo y los lados.
Cruzaron la puerta de las nubes mecidos por una suave brisa de mañana mientras el inquisidor Jadred contemplaba el intrincado diseño del puerto desde la cubierta de proa.
Al pasar bajo el arco de la puerta las velas se plegaron hacia abajo para permitir la entrada al puerto.
Era una enorme sala repleta de cables y barcos que entraban y salían, aunque daba mas la impresión de ser un armazón, como el cascaron de un enorme huevo redondo. Por encima del techo, entre los huecos, conductos y escaleras Jadred podía ver como otras naves mas pequeñas atracaban en la zona superior.
El barco se acerco a una de las plataformas del puerto y los operarios lanzaron cabrestantes, en unos pocos minutos el barco quedo amarrado firmemente.

Jadred contemplo la comitiva que lo esperaba, entre ellos diviso a Eisus y suspiro.
La ultima vez que vio al elemental de aire Eisus tuvo que hacer un gran esfuerzo por no colgarlo de algún árbol o acusarlo de alguna herejía ficticia. Jadred lo odiaba a muerte, y no solo por lo petulante, pomposo y desagradable de su habla, lo que mas lo enfermaba era el echo de que había ascendido en su carrera al poder a base de mentiras y tribulaciones. Era básicamente una sabandija astuta. Justo el tipo de persona que lamentablemente necesitaba en ese momento si quería averiguar que le había pasado a su sobrina Katia.
Jadred se coloco el casco con cuidado, quizás así podría disimular un poco mas su cara de hastío.

Bajo de cubierta por la pasarela seguido de sus clérigos soldados y se acerco hasta donde estaba Eisus, este mucho antes de que Jadred terminara de bajar por la pasarela comenzó a bombo y platillo con su innecesaria verborrea crónica
lo cual hizo que Jadred torciera a un mas la expresión.

EISUS: Benditos seamos, al fin ha llegado el Inquisidor Jadred traído hasta aquí por los vientos del sur. Cuanto se alegra mi corazón de volver a verte viejo amigo, y debo decir que no solo el mio se alegra y late a ritmo mas vivo pues son muchos los que en esta ciudad esperaban tu llegada y debo...

Eisus no acabo la frase. Jadred se acerco hasta quedar su cara un palmo delante de el y otro por encima. Le tendió la mano. Eisus estaba nervioso y un poco desconcertado, el inquisidor se había acercado a el como un matón de feria y sus ojos expresaban animosidad. Aun así le estrecho la mano.

"Es la única manera de que se calle." Pensó Jadred,y comenzó a caminar.
Cuando Eisus por fin estuvo a su lado hablo.

JADRED: Aun no he olvidado como miraba a mi sobrina tu hermano Silian. Espero que todo esto no haya sido por su culpa, no tengo nada en contra de los juegos de enamorados pero os podría mandar decapitar a los dos por el rapto de una princesa.

"No es cierto, pero tengo una reputación que mantener, ademas es divertido ver a Eisus asustado, tiene aun mas cara de estúpido." Pensó Jadred para si mismo.

Eisus lo miro y trago saliva con mas que obvias dificultades.

EISUS: Ho no Jadred, me temo que no es el caso que nos atañe en este mismo instante, puedo asegurarte que mi hermano...

No volvió a terminar, Jadred se dio la vuelta y lo miro furibundo.

"No miente, o si al menos es verdad que mi sobrina ha sido raptada por Silian el no lo sabe."

JADRED: No vuelvas a llamarme Jadred, para ti soy el sumo inquisidor. Lo has entendido?

Eisus lo miro claramente acongojado.

EISUS: Si sumo inquisidor... ha sido descortes por mi parte, lo entiendo y estoy claramente -"Asustado." Pensó Jadred- arrepentido mi señor, le prometo que no volverá a pasar. De ahora en adelante...

Jadred se giro súbitamente.

JADRED: Te callaras.

El camino por las anchas calles de unión se volvió súbitamente silencioso.
Eisus no volvió a decir ni una palabra, y Jadred por fin pudo descansar y contemplar la ciudad.
A lo lejos se veían los jardines flotantes de Union, una maravilla arquitectónica que Jadred pensaba que todo el mundo debía contemplar al menos una vez en la vida, y tras ellos la ciudadela blanca de Unión.
"No parece que pase el tiempo aquí, todo esta igual que hace veinte años. ojala mi vida siguiese igual, Katia donde estas?"

Los recuerdos de Jadred lo llevaron muy lejos, el apenas era un novicio cuando su hermana Kalia dio a luz, nunca olvidara el trágico día en que ella murió a la temprana edad de veinte años, tras de si dejo a su marido roto en dos y una hija que tenia los mismos ojos verdes.
Nunca culpo a su marido por su dejadez, ni siquiera por no ocuparse de Katia, cosa que el mismo hizo con gusto. Sin duda el pobre hombre había sufrido mucho. Pero nunca le perdono que al año de su muerte contrajera matrimonio con otra mujer.
Sintió como si de alguna manera, el estuviese mancillando el nombre de su hermana. Un año, y la había olvidado cuando el no la olvidaría jamas.
Dejo sus estudios como clérigo y se dedico a cuidar de su sobrina, y fue lo mas parecido a una familia que Katia jamas tuvo.
Cuando la chica alcanzo la mayoría de edad tenia a dos hermanastros que tenían de familia real solo el nombre y la responsabilidad de ser el único verdadero nexo en esa rama de la familia real.
Sus responsabilidades eran demasiado para ella y Jadred una vez mas estuvo a su lado. Por aquel entonces todo el mundo temía al sumo inquisidor Jadred, y sus vidas se habían separado mas de lo que a Jadred le gustaba reconocer.

Jadred cruzo la muralla blanca de la ciudadela de union, se quito el casco y se detuvo. El viento mecía su cabello y Jadred miraba la puerta, la comitiva se detuvo.
Recordó el día que Katia salio a buscarlo entre lagrimas, cuando sus dos hermanastros se pasaron el día entero haciéndola sufrir y riéndose de ella y de el color de sus ojos.
Jadred estaba de camino al palacio, y ella se echo a sus brazos. Se movía igual que su hermana Kalia, hablaba igual, lloraba igual, incluso su olor era casi idéntico.

Que habría sido de su pobre sobrina,? donde estaría?

Durante unas décimas de segundo un pensamiento cruzo su mente como un relámpago.

"Muerta"

Jadred se volvió a poner el casco, no quería mirar a nadie, no quería que nadie viese la tristeza reflejada en sus ojos.

Entraron en el palacio a paso presto y subieron las escalinatas, finalmente llegaron a los aposentos que habían acomodado para Jadred.

EISUS: Bueno supongo que mi señor querrá ponerse mas como y descansar, le enviaremos ropas limpias y comida y...

JADRED: No sera necesario, voy a dar una vuelta, me apetece caminar, no estoy nada cansado.

Dejo caer su petate al suelo con un solido sonido que hizo eco en el mármol blanco del suelo.
Jadred nunca dejaba que nadie llevase su equipaje, que siempre era mas bien liviano y austero.

Eisus noto como un sudor frío le recorría la frente, nunca había visto a Jadred tan molesto y enfurecido.

De espaldas frente al balcón de la estancia, enfundado en su armadura, tenia un aspecto totalmente aterrador.

Jadred deshizo el camino andado y regreso a la ciudad, a los veinte minutos de estar andando justo con su comitiva, Eisus sabia muy bien a donde se dirigía, al Pétalo Blanco, el burdel de mas fama de toda unión.

El corazón de Eisus comenzó a bailar una danza descontrolada cuando Jadred abrió la puerta del burdel.

Frente a si, Jadred contemplo varias mujeres prácticamente sin ropas y una muchedumbre enloquecida por el alcohol y las drogas que jugueteaban y manoseaban a las muchachas, Jadred se giro para hablarle a Eisus.

JADRED: Maldita sea tu estirpe por hacerme entrar en este antro.

Escupió las palabras como si fueran veneno, sin compasión.

Hadred se dio media vuelta y comenzó a caminar entre el gentío.
Los cortesanos miraban la extraña comitiva entre risas y el fulgor de la fiesta, y Jadred los apartaba como si fueran marionetas.

Una mujer sin camisa ni vestido alguno, enseñando su generoso busto salto a sus brazos. Jadred la aparto como si fuese un muñeco y la joven lo maldijo.

JOVEN: Cual es tu problema? eres maricón?

Varios asistentes a la fiesta, rieron y aplaudieron el comentario mientras Jadred continuaba su camino a empujones.

Finalmente llego a las escaleras y una mujer le dijo algo sobre que no podía subir a arriba sin una mujer.
Pero Jadred continuo andando como si no hubiera escuchado nada. Ni siquiera la miro.

Subió con paso firme y llego a un largo pasillo. En el habían puertas a ambos lados y se escuchaban los quejidos y gimoteos de las mujeres que practicaban su oficio tras las puertas.

EISUS: Jadred puedo hablar con mi hermano no creo que esto sea una buena idea podría venir la guardia de la ciudad, piensa bien lo que estamos haciendo...

Jadred golpeo la primera puerta de la derecha con su pierna y abrió la puerta de par en par mientras varias astillas y trozos de madera volaban por los aires con un sonoro crujido de madera rota.

Miro en el interior. Había una mujer y un hombre que no conocía, ambos sorprendidos y el claramente enojado.
Repitio la operación con la de la izquierda. Lo mismo.
Y una vez mas, y otra y otra...

El hombre de la primera puerta salio al pasillo con los pantalones puestos y maldiciendo, Jadred lo miro y vio tras el un guardia del establecimiento que se dirigía hacia el espada en mano y cara de pocos amigos.

Jadred paro el golpe de la espada con su guantelete armado, agarro la espada como si fuera un palo y después con un solo movimiento la partió en dos. El hombre lo miro confundido, y Jadred le propino un golpe directo en la cara que hizo que sus dientes saltasen y cayesen al suelo como canicas entre regueros de sangre.

Varias puertas mas se abrieron, y en una de todas ellas Jadred vio lo que estaba buscando.
El hombre se llamaba Tasha, el hermano de Eisus.
Jadred cruzo la distancia que los separaba a ambos con gran celeridad y entro en el cuarto.

Una vez dentro cerro la puerta por dentro.

EISUS: Por el amor de dios Jadred abre la puerta no podemos hablarlo simplemente es necesario montar todo este circo, mi hermano no sabe donde esta tu sobrina. Me oyes? Jadred? Di algo.

Frente a el Había un hombre que se ponía los pantalones lo mas rápido posible una mujer que se tapaba con las sabanas de la cama, y la cama. El resto de la habitación estaba finamente ornamentada de color rojo, rosa y blanco.

Jadred saco su espada. La mujer emitió un agudo chillido.

EISUS: JADRED!! ABRE LA PUERTA!!!

Tasha intento alcanzar su espada, pero Jadred fue mucho mas rápido. Antes de que pudiese parpadear, tenia la espada de Jadred en su cuello.

JADRED: Ahora me lo vas a contar todo, todo lo que sepas. Si me mientes los sabre. Quien sabe? puede que incluso te mate. Así que piensa bien lo que vas a decir antes de hablar.
Donde esta mi sobrina Katia?
Se que la has estado rondando desde siempre, asquerosa sabandija.

TASHA: No se nada lo juro! Simplemente un día estaba y al siguiente no.

"Maldición, no esta mintiendo. Al final este asunto va a ser mas complicado de lo que esperaba."

JADRED: Mientes!! Donde esta mi sobrina!!!

TASHA: Juro por los dioses que no lo se!!! déjame ir yo no he echo nada!! por dios piedad!!

Jadred lo soltó, y sin mediar palabra se dio media vuelta.

Al abrir la puerta encontró a Eisus detrás de los clérigos que acompañaban a Jadred y que hacían guardia en la puerta.

EISUS: Tasha!! Tasha estas bien?

JADRED: Esta bien, me ha dicho la verdad.

EISUS: Te lo dije, todo esto no era necesario.

Uno de los clérigos se acerco a Jadred mientras salían del edificio.

CLERIGO: Mi señor como esta tan convencido de que le ha dicho la verdad?

Jadred no contesto.
Desde que era pequeño Jadred podía ver las auras de las personas, incluso a veces tenia premoniciones y podía hablar con los muertos, así como verlos y escucharlos. Era lo que se denominaba un vidente por naturaleza.
Debido a su don natural y que no formaba parte de la linea sucesoria directa, el rey lo envió a servir como clérigo.

En la cabeza de jadred bullían mil pensamientos.
Por un lado su sobrina no estaba muerta, lo cual le hacia pensar que quizás alguien pidiese un rescate, pero por otro lado, si el raptor conociese su extraño don no la mataría, puesto que entonces Jadred podría hablar con ella y así averiguar quien había sido.
Y no había nadie que ganase nada raptandola, lo cual hacia el caso aun mas extraño.

Jadred intento apartar todos esos pensamientos de si y concentrarse en su siguiente paso.