Principio Shalazar

Shalaar se despertó con la espalda dolorida, como todas las mañanas. Tras el, enroscada, dormía Shambala emitiendo pitidos con su respiración tranquila. A Shalazar le gustaba escuchar su respiración.
La enorme salamandra de fuego se desperezo y abrió uno de sus ojillos naranjas, para después cerrarlo placenteramente.
En el horno había suficiente espacio para tres salamandras mas como mínimo, pero Shalazar dormía cerca de Shambala, pues le gustaba el calor que desprendía.
Aunque era un enorme horno industrial del tamaño de un salón de baile, era agradable dormir dentro de el. Si, estaba lleno de ceniza, pero a Shalazar solo le importaba su calor y refugio, especialmente en los días fríos, Shalazar había encontrado un hogar en su interior. Si había una casa para Shalazar en Bastion, esa era su horno, o mas bien el horno de Trask, pues le pertenecía.

Trask era un elemental de tierra y el mas famoso herrero de Bastion. Según le habían contado a Shalazar Trask lo encontró cerca de las afueras de Bastion mientras salia a recolectar leña para el horno. Era un dia de color gris y en una de las rocas del bosque había una llamita de tres años que lloraba junto a una fierecilla de salamandra de apenas la misma edad, a un lado había una enorme espada de color negro tirada en el suelo la cual parecia que habian arrastrado hasta el lugar. Trask no se imaginaba que un pequeño de esa edad pudiera cargar con semejante peso. Así que miro a su alrededor. El bosque estaba tranquilo, con sus enormes arboles de verdes hojas perfiladas bajo un cielo plomizo que amenaza con descargar agua, el suelo estaba humedo y  las piedras cubiertas de musgo. Pero el elemental parecía esta completamente solo, subido a una piedra para evitar la humedad del suelo, llorando desconsolado sobre ella y con la salamandra al rededor de sus piernas, intentando no caer de la piedra que ya estaba ennegrecida por el fuego.

TRASK : Estas bien pequeño? estas solo? que haces aqui?

Pero el elemental solo lloraba desconsolado. A Trask no le gustaban los elementales de fuego, pero si lo dejaba en aquel lugar probablemente moriría de frío, o acabaría provocando un gran incendio en mitad del bosque. Y estaba el echo de que apenas era un niño de unos tes años... un niño echo de fuego bajo un cielo de lluvia.
Volvio a hablarle.

Trask: Niño, me entiendes? hablas mi idioma? Donde están tus padres? Te has perdido?

Un relámpago cruzo el cielo y el sonido del trueno no tardo en llegar los oídos de Trask.
El joven elemental aulló de pánico y se encendió aun mas. La piedra en la que estaba subido comenzó a derretirse.
Trask miraba al pequeño elemental, el tiempo se le estaba acabando. No quería cogerlo, al menos no directamente pues podía quemarse aun siendo un hombre echo de piedra. Pero no podía dejarlo en ese bosque y el niño no contestaba.
Una gota callo desde el cielo en la cabezota de Trask, y este se puso bastante nervioso, si se ponía llover el niño moriría seguro. Una idea cruzo su mente como los relámpagos del cielo, Trask se puso en cuclillas y le hizo señas al elemental. Quizás no entendiese su idioma, pero podría entender sus gestos.

Trask: Vamos pequeño, sígueme -Le decía mientras hacia ademan con sus manos- Vamos, ven y te pondré a salvo.

Trask se levanto e hizo como que se marchaba, dándose media vuelta y mirando de reojo al elemental de fuego. Pero este en vez de moverse, comenzó a llorar aun mas fuerte.
Otra gota callo del cielo, esta vez en el hombro de Trask. Estaba desesperado, la ciudad estaba muy lejos, no le daría tiempo de pedir ayuda, para cuando volviera, el pequeño seria una piedra de carbón encima de una roca bajo la lluvia. Y estaría frío y muerto. La idea de ver a un infante morir le revolvió las tripas.
De repente el bosque era un lugar totalmente solitario, Trask estaba asustado y no sabia que hacer. El bosque que tantas veces había recorrido y que le transmitía paz ahora le parecía una trampa mortal, una pesadilla de la que no podía despertar.
Trask comenzó a escuchar las gotas caer a su al rededor, y el pequeñín empezó a gritar de dolor y retorcerse mientras intentaba cubrirse de la lluvia con sus manos desnudas.
Ya no se podía hacer nada mas, lo había intentado todo y nada había funcionado, así que Trask le propino un poderoso puñetazo al suelo. Varias hojas cayeron debido al temblor que Trask produjo en la tierra y este sintió como toda su piel se tornaba dura y solida como la roca al tiempo que cambiaba de aspecto.
Transformado en una roca viviente Trask agarro en volandas al pequeño elemental y protegiéndolo de la lluvia comenzó a correr por el bosque bajo la lluvia con el entre los brazos.
Todo se había vuelto inconsistente, las piedras en su camino, el musgo, el bosque... parecían tan ajenos ahora. La vista de Trask estaba nublada por los nervios y resbalaba por el musgo y el barro en su febril carrera por salvar la vida del niño y al mismo tiempo no morir en el intento, pues sentía como el calor derretía su piel de piedra y lo abrasaba vivo.

En las puertas de Bastion los guardias vieron aparecer una figura perfilada entre la lluvia en la distancia. Parecía un elemental de tierra cargando algo brillante.
Cuando llego a la altura de las puertas cayo de rodillas y los guardias se apresuraron a ayudarlo.
Bajo su poderoso pecho derretido, el elemental de tierra Trask lleveva a un infante elemental de fuego y una salamandra. Y los tres estaban apunto de recorrer el sendero de la muerte.

Los tres pasaron varias semanas al borde de la muerte. La mujer de Trask, Grein, cuido de el y de las dos pequeñas criaturas que esta había rescatado del bosque jugandose la vida, y aunque se sentía conmovida por el esfuerzo de su marido, no quería perderle. Era todo lo que tenia.
Unos meses mas tarde ya casi recuperados, Trask preparo el viejo horno de la fundicion.
Era un horno demasiado grande que el no podía usar solo, pero que había mantenido en el lugar porque le tenia un extraño cariño. Lo limpio, y preparo para que el pequeño pudiera dormir dentro de el.

Trask: Como te llamas pequeñin?
Shalazar: Me llamo Shalzar.
Trask abrio la puerta del horno.
TRASK: No se me ocurre un mejor sitio para que puedas dormir, asi que creo que tendrás que dormir aquí al menos de momento.

La joven llamita subió a la puerta del horno, se metió dentro y miro la enorme estancia que parecía una sala redonda gigantesca. Se abrazo instintivamente a su salamandra de fuego llamada Shambala.

Durante los siguientes veinte tres años Salazar vivió prácticamente dentro de ese horno, ayudando a Trask a producir aun mejores metales e instrumentos mas precisos, ya que Shalazar podía moldear el acero con sus propias manos.
En los dias que el tiempo no era malo Shalazar salia a dar una vuelta por Bastion, siempre con cuidado de no quemar a los demás transeúntes, elementales de agua, tierra (los mas numerosos) y algunos también de aire.

Pero por lo que veía Shalazar a través del pequeño cristal de su horno era que hoy no seria uno de esos días.

Dentro de poco Trask abriría la puerta del horno y la paz se acabaría, así que Shalazar intento aprovechar al máximo los instantes de paz que aun le quedaban.
Había dormido en ese horno prácticamente desde que tenia uso de razón. No era cómodo, y estaba sucio, pero era mejor que dormir en algún otro lugar. Bastión podía llegar a ser un lugar muy frío para un elemental de fuego, y Shalazar apreciaba tener ese rincón para si mismo, aunque tenia que Trabajar para Trask casi toda la jornada.
Finalmente Trask abrió la puerta del horno y asomo la cabeza.
Su piel era gruesa, sus ojos de color violeta eran diminutos y entre ellos había una enorme nariz con un tabique nasal prominente y plano. Su expresión estaba congelada en una mueca de malhumor eterna. Su piel grisácea y anchos hombros denotaban que era un elemental de tierra bastante común, de poderosas facciones y anchos hombros.

TRASK: Shalazar, levántate. Tengo que llevarte a un lugar.

[Aqui empieza tu parte de la aventura tyl, ya puedes escribir lo que hace, piensa o dice tu personaje]

-Hola Trask, Buen dia... A un lugar? Mas trabajo?-

*Que agusto estoy aqui, y Trask quiere salir de paseo con el clima que se acerca... Es raro, siempre con ese mal humor por delante, pero no puedo quejarme, gracias a el estoy vivo.*

-Ey! Shambala, despierta... Tenemos que irnos- (Mientras me levanto un poco reacio a salir del horno)

Shambala alzo la cabeza y miro a Shalazar con cara de pocos amigos. Después volvió a dejar la cabeza sobre sus patas delanteras mientras miraba a Shalazar con ojos tristes.
Shalazar comenzó a vestirse con sus ropas de hilo de cobre. Se ajusto su Keffiyeh tapándose la cara, dejando solo al descubierto sus ojos, como solía hacer los días frescos.
Shambala salio tímidamente del horno tras Shalazar claramente molesta por el frío.

TRASK: Si, es algo de trabajo Shalazar.

Shamabala junto a Shalazar pego un fogonazo y desapareció. No era algo nuevo, la criatura podía entrar en fase y desaparecer a voluntad si así lo deseaba. En realidad no se volvía invisible, simplemente aparecía en otro lugar y eso era todo. Nunca se portaba mal así que a Shalazar no le molestaba que el animal vagase de vez en cuando por algún lugar remoto o cercano y estirase las piernas.

Tras enarco una ceja y se volvió a acercar al enorme horno con forma de chimenea. Abrió la puerta y echo un vistazo. Su cara se doblo en una mueca de desaprobación.

TRASK: Shambala sal de ahí ahora mismo.

La enorme salamandra de fuego salio despacio con el rabo entre las piernas y las orejas echadas hacia atrás.

TRASK: Shalazar coge los moldes y los lingotes de bronce de la mesa de trabajo. Tu bolsa esta al lado. Intenta no derretir los lingotes. Me hacen falta.

Sin mas emprendió camino hacia fuera de la fundición.

-Ey Shambala, deja de hacer travesuras ya, que este viejo se pondra mas gruñon de lo de siempre. Trask, este lugar al que quieres llevarme es nuevo? Has conseguido nuevos minerales o algo asi? Jajajaja, lo tuyo siempre es trabajo...-

*Ojala y no note que hoy no quiero salir, no estoy de humor como para aguantar su mal humor, le estoy agradecido pero no me gusta este dia*

Agarro lo moldes y cuando me dispongo a pillar los lingotes pregunto -Solo necesitaremos esto? y las herramientas?-

Trask cogio una de sus bolsas y hablo a Shalazar de espaldas.

TRASK: Recuerdas que te conté que antes los elementales de aire creaban unos golems mecánicos llamados Mechanus? Ishu esta intentado crear uno. Necesita piezas muy concretas que solo tu puedes crear con tus manos. Ya no quedan Golemantes, y sinceramente no creo que lo consiga, pero paga bien y es nuestro trabajo.

Tras esto Trask salio de la forja.
Sus pasos se habían vuelto lentos con el tiempo, pero parecía tener una enorme fuerza interior como siempre.
Shalazar lo miro mientras caminaba a sus espaldas, sus hombros aunque robustos y anchos se habían encogido con el tiempo. Se estaba haciendo viejo.
La calle estaba fría y húmeda, y como siempre la gente caminaba de un lugar a otro. Shalazar los miraba y se preguntaba que haría toda esa gente a lo largo del día yendo y viniendo de un lugar para otro. Parecían tan vivos.
Al girar en una esquina Shalazar descubrió a un niño cogiendo una flor que había crecido junto a una de las paredes de una casa. Era hermosa, de un blanco perfecto y un intenso amarillo.
Se pregunto como seria tenerla entre las manos, como seria su tacto. Podía olerlas de lejos pero no tocarlas.
Esto ultimo era algo que Shalazar echaba en falta mas que nada. Nunca lo habían tocado, ni una caricia, ni un abrazo, ni siquiera un azote de una madre rabiosa. Lo único que había sentido era al frío aire y el tacto de los metales, o el de la madera antes de ser calcinada.
El pequeño niño elemental de tierra corrió hasta su madre y le entrego la flor con una sonrisa en su cara. Esta la tomo en sus manos, y después abrazo al pequeño y le dio un beso en la mejilla.

La casa de Ishu parecía un palacio en comparación con las demás. Para empezar no parecía de piedra si no de mármol blanco. Sus puertas eran ovaladas y los cristales de un hermoso color rojizo.
Trask llamo a la puerta y un sirvienta abrio.

TRASK: Soy Trask he venido a ver a Ishu.

SIRVIENTE: El señor Ishu los espera en la puerta de atrás.

Rodear la casa les costo un buen rato, pero al final llegaron a la parte trasera donde un elemental de aire se afanaba en su trabajo.
El cuerpo del constructo estaba a medio terminar y casi parecía mas una bola de cables y hierro que un Mechanus, aun con todo Shalazar quedo fascinado con el monstruo de hierro y cables.

TRASK : VOy a hablar con Ishu y ver que tal va todo, tenemos que mirar que piezas falta y como podemos crearlas, es un trabajo complicado. Grein me obligo a traerte, me dijo que te dejara dar una vuelta por la ciudad. Ella cree que pasas demasiado tiempo en la forja. Pero también piensa que yo paso demasiado tiempo en la forja.
No puedo darte dinero porque lo fundirías, así que date un paseo con Shambala y vuelve dentro de una hora mas o menos.

Ishu reparo en su presencia y cubrió la distancia a grandes pasos.
Era un hombre mayor, de nariz aguileña y rasgos joviales. Su pelo era casi tan blanco como su piel.
Al llegar a la puerta que separaba su jardín del mundo exterior Ishu se transformo en un jirón de niebla y humo y se volvió incorpóreo, traspaso la verja de la puerta como si nada.

ISHU: Trask, Shalazar!! bienvenidos, bienvenidos. Espero que no le haya incomodado mi extraña petición Señor Trask, pero de otro modo me seria prácticamente imposible acabar con semejante tarea. El tiempo corre en mi contra ahora, si no lo termino pronto me temo que la batería Saldiana se agotara y no podre completar esta obra magistral.

TRASK: No hay problema. Pero antes me temo que tendré que ver el documento de Unidad.

Ishu entrecerró los ojos pensativo como si no entendiera muy bien lo que le decían.

ISHU: Ho, si claro!!! el documento claro, la orden de Unidad... Llego justo ayer por la noche.

El elemental de aire volvió a pasar por la verja de la puerta en modo incorpóreo. Trask se giro y miro a Shalazar.

TRASK: Me pone los pelos de punta cada vez que hace eso. -Dijo a Shalazar en voz baja.-

Unos instantes después, el viejo constructor apareció de nuevo, volvió a pasar por la verja, pero esta vez el documento quedo atrapado al otro lado. Cayo al suelo casi sin hacer ruido. Era un pergamino atado con un cordel azul y dorado.

ISHU: Vaya! que torpeza la mía.

Con cuidado habrio la puerta de su jardín y recogió el manuscrito del suelo.

ISHU: Aquí esta, espero que este todo en orden.

Trask saco sus anteojos del bolsillo de su chaqueta. Reviso el pergamino cuidadosamente.

TRASK: Parece estar todo en orden. Sin esto tienes que entender Ishu, que no podría hacer nada. Los mechanus están prohibidos por Unión.
Es una orden directa del canciller, veo que tus relaciones siguen mejorando.

ISHU: Bah solo fue un golpe de suerte, algunos aun saben apreciar el Arte.

Trask frunció el ceño y le dedico una mirada de desaprobación a Ishu.

TRASK: Ese arte del que hablas, destruyo ciudades enteras en el pasado. No creo que Arte sea la palabra mas adecuada para eso.

Ishu le dedico una amplia sonrisa a Trask.

ISHU: No es mi culpa si los elementales de piedra no tenéis el talento necesario para dominar ningún arte.

Trask se quito las gafas con tranquilidad, las plegó y guardo en su bolsillo de nuevo. Después le dedico una penetrante mirada de desprecio a Ishu.

TRASK: Bien, por donde empezamos.

Shalazar entendió al instante porque Trask le había pedido que se marchara. Trask odiaba a todos los elementales de aire casi de forma instintiva. Era un odio racial, algo que había pasado tiempo atrás y que, aunque Trask se había empeñado en explicárselo a Shalazar, este simplemente pensaba que los caracteres de los dos tipos de elementales simplemente chocaban de forma natural.
Trask lo saco de sus pensamientos.

TRASK: Aun estas aquí? Te dije que te marcharas chico.

Ishu asomo la cabeza por detras del enorme Mechanus a medio construir.

ISHU: Deja al chico que se quede, el no tiene la cabeza de piedra, seguramente aprenda algo.
Que es lo que quieres hacer chico? quieres quedarte?

A SHalazar le gustaba Ishu, aunque era mas viejo aun que Trask, tenia una mente aguda e inquieta, siempre tenia algo descabellado rondando su cabeza.
Tiempo atrás intento crear por métodos alquímicos una poción que permitiese a los elementales de tierra volar, pero en mitad de la operación algo salio mal y la poción exploto. Aun nadie sabe el porque, pero su mujer Evreska sus hijos Akseli y Jyrki, asi como el mismo, pasaron mas de un mes con el pelo de color verde. Un joven Shalazar de trece años pasaba de vez en cuando para escuchar como su mujer le reprendía por tener el pelo verde, y este sin tapujos le explicaba porque era una lastima que la poción no la hubiese transportado a otro plano.
En otra ocasión fabrico una maquina a vapor que se desplazaba por si misma y cumplía ordenes simples. Pero al final se descontrolo y acabo dando vueltas a la plaza del pueblo hasta que se le acabo el combustible.
Pero indudablemente, lo mejor de Ishu es que tenia la habilidad de acabar con la casi infinita paciencia de Trask. Esa era la característica de Ishu que mas apreciaba Shalazar.

(Ya esta! Ya puedes postear. Perdona me quede a medias)

Aunque Bastión era una ciudad de piedra, no era para nada aburrida o fea, había miles de cosas interesantes que hacer en ella. Sobretodo si eras un elemental de tierra.
Shalazar paso por la calle principal del pueblo seguido de Shambala y algo llamo su atención.
En la misma plaza en la que una vez el artilugio de Ishu se quedo dando vueltas descontrolado, había una banda tocando música. Abría sido algo totalmente normal si no fuera porque eran elementales de fuego.
Tras la guerra del mar segmentado, los elementales de fuego eran mal vistos en casi todos los lugares, pero Bastión estaba debajo de Unión, era una ciudad tolerante y abierta al comercio y las diferentes razas. Así que muchos elementales de todas las razas venían a parar allí sobre todo si tenían que subir a Unión por medio de un caminavientos.
Shalazar se acerco, hacia meses que no se encontraba con otros elementales de fuego y verlos le alegro el día.
Conforme se acercaba a ellos podía escuchar la bella melodía que tocaban. Era como el fuego, de cadencia lenta pero viva, que se adhería al corazón y lo alegraba y calentaba.
Cuando Shalazar se acerco al gentío que los rodeaba, estos, elementales de todos los tipos, se apartaron al sentir el calor de Shalazar y Shambala.
Y cuando finalmente consiguió pasar, el corazón le dio un vuelco.
En mitad del gentío, había una chica de cabello azul y hermosos ojos verdes.
Su cuerpo parecía frágil y delicado, de una complexión media y baja estatura.
Movía sus caderas al compás de la música moviendo sus muslos redondos con la fluidez del agua, con un ritmo hipnótico. Sus delicados brazos se movían graciosamente y la chica giraba y reía.
Sus ojos de expresión tierna estaban enmarcados en un rostro de felicidad, con una sonrisa blanca como la espuma del mar.
Se la veía tan feliz...
Shalazar no quería que se acabase nunca, quería quedarse allí mirando como la chica era feliz bailando por siempre y contemplarla como una sombra por siempre jamas.
Danzando la chica se acerco al publico y saco a un chico a bailar.
Era alto y fornido, con el pelo de color azul celeste y los ojos de color miel. Era hermoso como ella.
En ese momento el corazón le volvió a jugar una mala pasada pues sintió dolor y tristeza.
De repente sintió como si la mujer se alejase de allí y se sintió aun mas solo que antes, perdido en la soledad.
Sin embargo aparto esos pensamientos de si mismo, todo lo rápido que pudo. No quería dejar de amarla, solo quería verla feliz, verla bailar para siempre.

Como por arte de magia, el cielo comenzó a descargar agua de manera repentina. Los elementales de fuego dejaron de tocar, y la gente corrió a refugiarse de la lluvia. La plaza quedo prácticamente desierta en cuestión de segundos.
Shambala estiro de las ropas de Shalazar mientras la lluvia le mojaba la espalda y gruñía de dolor. Finalmente de un fogonazo desaparecio y volvio a aparecer debajo de un balcon, lamiéndose la espalda dolorida.
La chica se marcho riendo alegremente cogida de la mano de aquel hombre. Se besaron bajo la lluvia y desaparecieron al girar una esquina.

Pero Shalazar no se movió ni un ápice. El agua no lo estaba ni siquiera mojando, se evaporaba antes de llegar a tocarlo. Y se quedo allí entre las brumas de vapor que lo rodeaban, sin saber muy bien que es lo que había pasado.
Sentía calor en la cara y todo su cuerpo.
Y en su mente una mujer de agua no paraba de bailar al ritmo de las llamas.

Encerrado en su prisión de agua Shalazar esperaba paciente a que amainara.
Noto la presencia de alguien a su lado.

TRASK: Sabia que no seria buena idea. Te he traído de casa esto.

Trask le tendió un paraguas metálico que el mismo había echo tiempo atrás para Shalazar.

TRASK: Shambala se ha mojado, venga vuelve a casa Shambala, luego te mirare la espalda. -Trask miro a Shalazar con ceño fruncido y aspecto enojado. Un aspecto mas enojado de lo habitual.-
Volvemos a casa Shalazar, no ha habido trato alguno. Era mucho trabajo, ademas al aire libre y podrías mojarte. Habían cientos de piezas por hacer y te llevaría todo el día, ademas solo quería pagar dos monedas de oro por el trabajo, podría sacar solo media vendiendo una espada. No vale la pena... malditos elementales de aire tacaños, te molestan para nada.
Shalazar estas bien? Parece... tienes cara rara.
Siento lo ocurrido pero, como podría yo saberlo?
Tenia pensado enseñarte algo, te apetece dar un paseo?

Trask miro a Shalazar un poco entristecido.

TRASK: Al lugar donde te encontré.

Y sin decir mas, comenzó a caminar.

Caminaron hasta llegar a las puertas de la ciudad. Trask saludo a los guardias con la mano alzada.

GUARDIA: A por mas madera Trask?

TRASK: No esta vez, simplemente voy a dar un paseo con Shalazar.

El elemental de tierra guardián observo a Shalazar.

GUARDIA: Ha crecido mucho desde la ultima vez que lo vi. Parece que se ha echo un hombre.

A nadie le gustaban los elementales de fuego, eran muy belicosos, pero las gentes del lugar se habían acostumbrado a Shalazar, al fin y al cabo el no tenia la culpa de nada, solo era un buen chico que trabaja en la forja con Trask, y ademas tenia buena mano para la forja.

GUARDIA: Por cierto, el colgante que me hizo tu hijo adoptivo le encanto a mi mujer. Bueno y a mi también. La semana que viene pasara el circo por aquí. Creo que ya hay incluso algunos artistas en la ciudad. Había sacado un par de entradas, pero mi mujer se ha empeñado en que te las de para que vayas con Shalazar. Ya le he dicho que el chico es mu sensible a la lluvia, pero bueno en fin, pasare por la forja para dártelas mas tarde.

Trask sonrio.

TRASK: Es todo un detalle por tu parte Corbak. Saluda a tu mujer de mi parte. Debemos seguir, antes de que se ponga a llover mas.

CORBAK: Si claro por supuesto, no quiero retrasarte.

Ambos se despidieron cordialmente y siguieron su camino hacia el bosque cercano.
Shalazar estaba seguro bajo su enorme paraguas metálico, pero aun así no podía evitar que de vez encunando alguna gota le cayera sobre la ropa con ruido chisporroteante.
Siguió caminando con los pies fríos tras su padre adoptivo, mientras se internaban mas y mas en el bosque. Finalmente llegaron un lugar que podría ser como cualquier otro con la excepción de que en el se encontraba una enorme roca.
Trask se detuvo en aquel lugar.

TRASK: Siento no habértela enseñado antes Shalazar, no se de donde la sacaste pero se que esta echa de un material llamado acero Abyssal.

Trask se agacho para tocar el suelo. Trask como tantos otros elementales no podía usar sus poderes elementales si no estaba en contacto con su elemento directamente.
Se levanto y con un movimiento de su mano la piedra rodó por el suelo sin que el la tocara.
Trask parecía cansado.

Shalazar se asomo al lugar donde antes estaba la enorme roca y vio una espada negra en el lugar.

Trask miraba la espada.

TRASK: Como ya te dije, no conseguí moverla del sitio. Ni con todas mis fuerzas. -Hubo una pausa. Trask no apartaba sus ojos de la espada.- No se porque exactamente hoy, debería haberte enseñado esto hace tiempo. No quería que la vieras Shalazar, cuando la oculte pensé en venir otro día y arrastrarla con un caballo, después la fundiría y haría algo con ella. Pero poco a poco te fuiste apoderando de mi corazón y el de mi mujer. Es parte de tu pasado, de alguna manera estas vinculado a ella. Es una espada muy especial.
No quería que la vieras... porque... el día que la oculte... pensé en decírtelo cuando fueras adulto. Hoy te la he mostrado, así que ya no eres un niño. No quiero en cierta manera que te hagas mayor. Suena estúpido, pero es así, me hace sentirme viejo y al mismo tiempo pienso que este nuevo descubrimiento te alejara de mi. Por otro lado, ni tu ni yo sabemos lo que te paso. Quizás no fuera algo bueno Shalazar, cuando te encontré estuviste casi un mes sin articular palabra.

Trask se giro y miro directamente a los ojos a Shalazar.

TRASK: Un día, tu también seras padre, seguramente, algún día. Entenderás todo esto.
Vas a cogerla...? es tu destino. De echo tu eres muy fuerte Shalazar, aunque no te des cuenta. No creo que nadie mas de esta ciudad pudiera levantarla.

Era la primera vez que Trask abría su corazón de esa manera, el era mi padre sin importar nuestra raza y entendía sus razones, no había nada que reprocharle.

Sin decir una palabra me dispuse a levantar la espada, era una espada negra muy bonita, tenía grabados muy detallados en color plata, a la vista era muy llamativa pero de la misma forma elegante y grácil, digna de un rey. Sostuve el mango e hice el primer intento de levantarla, no aplique mucha fuerza, solo la necesaria para levantarla unos centímetros pues solo quería medir su peso. Era una espada extremadamente pesada pero sentía que podía con ella, mi mano se ajustaba perfectamente en su mango, como si fuese hecha a la medida.

En el segundo intento pude levantarla completamente del suelo, apenas y podía mantenerme erguido con ella, pero comenzaba a darme cuenta que jamás intenté levantar un objeto de tanto peso y aun así pude lograrlo.

Gire mi mirada hacia Trask, y me di cuenta que estaba tan sorprendido como yo en que pudiera levantar la espada. Emocionado y con una sonrisa le dije -Es muy pesada, pero de alguna manera pude levantarla. Y en una cosa te equivocas no creo que esta espada forme parte de mi pasado porque como yo lo veo, mi vida comenzó desde el momento que me rescataste y me acogiste en tu casa; Tu siempre fuiste, eres y seras siempre mi Padre-

Shalazar miro sus pies. Estaban aproximadamente unos dos centímetros clavados en la tierra. El peso de la espada era brutal, casi no podía mantenerla en el aire, así que finalmente la dejo caer contra el suelo con un sonido sordo.

TRASK: Bien echo.

Trask saco algo de su bolsa y se lo entrego a Shalazar.

TRASK: Espero que soporte el peso. Es un arnés con una vaina para la espada. Lo forje hace mucho tiempo, también pesa bastante. Colocatelo en la espalda.

Por la mirada de Trask Shalazar sabia que este no tenia intención alguna de seguir con la anterior conversación sobre parternidad.



Grein volvía del mercado, Trask le había dado algunas monedas de oro y le había encargado comprar algo de estaño, acero y plata para Shalazar, por lo visto era un día especial aunque ella no sabia por que. Pero cocinaría algo bueno para todos y comerían en la forja.
El dia se habia tronado gris.
"Espero que Trask no haya descuidado a Shalazar, el agua podría lastimarlo." Aparto esos pensamientos de si misma en cuanto Shambala aparecio junto a la puerta de la forja.

GREIN: Shambala, aparta, ya esta bien me vas a quemar. Yo también me alegro de verte.

La salamandra daba vueltas al rededor de Grein mientras olisqueaba las bolsas que esta portaba en las manos, y ronroneaba de alegría.
"Estoy segura que si alguien entrase por la noche a robarnos Shambala se pondría a jugar con el en vez de socorrernos. Un animal tan grande y de apariencia tan fiera, y al mismo tiempo tan dócil"

GREIN: SHAMBALA!! ya esta bien, no me dejas abrir la puerta.

Ante el grito el animal agacho las orejas y retrocedió hasta quedarse sentada mirando como Grein abría la puerta.
Finalmente Grein paso al interior, y cuando iba a cerrar contemplo al animal sentado frente a ella con los ojos abiertos como platos y las orejas de punta.

GREIN: Venga, pasa... te has enfadado? vamos pasa no seas tonta Shambala.

El enorme reptil ladeo la cabeza como si no entendiera muy bien que le decían.
Finalmente Grein se dio por vencida y cerro la puerta.

GREIN: Pues muy bien cuando quieras entrar rasca la puerta.

Grein cerro la puerta y justo cuando se giro vio un fogonazo frente a ella y al enorme lagarto sentado frente a ella, con la misma cara de antes. Grein chillo sobresaltada por el fogonazo, y Shambala ladeo la cabeza hacia el otro lado.

GREIN: Eres una salamandra muy mala, me has asustado.

Grein suspiro y paso por la entrada de la tienda sorteando el mostrador cargada con su compra que era bastante pesada. "Me estoy haciendo vieja para cargar tanto peso."

Cuando entro al interior de la forja que ahora yacía aletargada Grein contuvo un suspiro. Trask siempre le decía que todo estaba en orden y limpio, pero aquello parecía un corral mas que una forja. Montones de carbón y madera repartidos indiscriminadamente salpicaban el suelo de tierra y hollín. Y el polvo... polvo por todos lados. Armas tiradas por el suelo , telarañas y la mesa en la que tenían que comer completamente llena de trastos que a simple vista parecían inservibles. Era el tipo de caos que ella odiaba.
La mujer se puso manos a la obra, barrio el suelo, amontono las armas en un lugar junto con las herramientas, despejo el centro de la sala y coloco la mesa, que poco después limpio meticulosamente.
Cuando Grein se sentó, sintió dolor en las rodillas y los pies. Su cuerpo se quejaba, mientras ella se repetía " No es para tanto Grein" pero ya no tenia las mismas ganas de limpiar que antes.
Recordó sus momento de juventud con Trask, como ella se ocupaba de la casa y el del negocio, y por las noches soñaban juntos que harían con el futuro de sus vidas. Nunca pudieron tener hijos, pero Maltack, el dios de la piedra que lo modelo todo, les había bendecido al traerles a Shalazar.
Grein salio rapidamente de sus pensamientos, unos golpe en la puerta la sobresaltaron. Habían llegado muy pronto. Grein se levanto y maldijo en silencio a su marido por no haberla dejado ni siquiera empezar a cocinar.
Cubrió a cortas pero firme zancadas el espacio que distaba de la puerta y la abrió y justo cuando iba a comenzar su sermón se detuvo. Era Corbak.
Grein lo recordaba, alguna vez lo había visto por la forja. Era un soldado que a veces patrullaba y otras hacia guardia en la puerta del sur. Un elemental de tierra al servicio de la guardia de union, un tipo alto y de duras facciones con una pesada constitución y ojos de color avellana.

CORBAK: Ha, hola Grein, vi luz dentro y pense que estaria Trask, Puedo pasar?

La mujer asintio en silencio.

GREIN: Perdona el desorden pero mi marido lo tiene siempre todo revuelto.

CORBAK: No creas, tendrías que ver los barracones de la guardia. Aunque probablemente no dormirías en meses.

GREIN: Si he visto a algunos de esos jóvenes mozuelos de la guardia. Puedo imaginarlo. Aunque tu duermes en casa con tu familia no es asi?
Corbak asintió.

CORBAK: SI gracias a Maltack yo vivo en esta ciudad, aunque los demás, bueno, hay gente de todas partes, la guardia de unión es muy grande. No me gusta que unión tenga tanta soldadesca, se supone que son un poder político no? Pero quien soy yo para cuestionar a los que me pagan el sueldo.

Grein sonrió.

GREIN: La guardia de unión es lo mejor que nos ha podido pasar, gracias a eso los impuestos se mantienen bajos y nadie piensa en invasiones ni guerras.

El rostro de Corbak se ensombreció.

CORBAK: Nadie excepto los elementales de fuego.

Grein cambio de tema rapidamente.

GREIN: Voy a cocinar algo para todos, quieres quedarte a comer? hay suficiente para todos. Y mi marido llegara de un momento a otro.

CORBAK: Claro acepto de buen grado, ademas Trask me ha dicho que eres una excelente cocinera.

Las mejillas de Grein adoptaron un color rosáceo que contrastaba fuertemente con su piel gris.

GREIN: Este trask, esta echo un adulador, que exagerado. Bien pues no se hable mas, siéntate y te serviré un poco de vino y algo para comer mientras esperas a mi marido.


Shalazar se ajusto bien el arnés, se sentía como si en algún momento fuera a caerse de espaldas al suelo, sin posibilidad de volverse a incorporar, como una tortuga volteada.

(pon algo si kieres decir algo mas tyl o si no sigo a la siguiente escena.)

Mientras me ponía el arnés, me di cuenta que mi padre realmente lo había pensado mucho, no tenia idea de cuanto pudiese afectarle a el o a mi el hecho de que la espada ahora formara parte de nuestras vidas. Yo sentí curiosidad por mi pasado, y tenia un poco de miedo por mi futuro, pero aun así estaba extasiado de la emoción por lo desconocido.

-Está bastante pesada pero creo que podre con ello. Gracias por mostrármela- De repente surgió en mi una necesidad de poder manejar la espada correctamente, yo no era un soldado y jamás me vi como tal, era simplemente el hijo de un herrero el cual seguía la profesión de su padre y me gustaba la tranquilidad de mi vida. Pero era un impulso que no podía controlar. Mi vida estaba cambiando y yo estaba totalmente fascinado.

Trask y Shalazar se encaminaros de vuelta a casa.
Cuando llegaron a la forja ambos vieron que había luz en el interior, y que por una de las pequeñas chimeneas salia humo.

Trask abrió la puerta y ambos pasar al interior. Un olor delicioso inundo sus sentidos.
Cruzaron la tienda y pasaron tras el mostrados para entrar después en la forja. Allí sentado en una silla frente a una mesa les esperaba Corbak, el guardia de la puerta.
Corbak se levanto y saludo amistosamente a Trask y Shalazar. AL poco salio Grein con un delantal y unos guantes de forja.

GREIN: Ha! hola! Te estoy preparando algo bueno para comer Shalazar, puedes decirle a SHambala que se meta en el horno? no para de dar vueltas a mi alrededor y... Que es eso que llevas a la espalda? una espada?

Corbak miro la espada de Shalazar también, pero este ultimo con mas curiosidad.

-Si madre, es una espada que según mi padre forma parte de mi pasado, pero yo no la recuerdo, igual no tiene importancia. Más importante, Que preparas? Tengo mucha hambre jajaja-

El día que había comenzado tan apático se había convertido en un día lleno de experiencias nuevas y excitantes, no tenia idea de cuales eran las consecuencias ni me dispuse a pensar en ello, solo lo estaba disfrutando, mi humor había cambiado y estaba realmente contento.

Me disponía a ir a la cocina cuando de un fogonazo Shambala aparece en frente de mi -Vamos Shambala, Vamos al horno, esta espada pesa mucho. Ya vengo madre, me tardare un poco.-

Al llegar al horno me sentí mejor, no me había dado cuenta de lo agotado que estaba, la humedad y el agua no eran la mejor compañera pero en el horno todo estaba seco, no había humedad y la temperatura era exacta para recobrar energías. Dejo la espada en una esquina del horno y me recuesto para descansar un poco pero no podía dejar de mirar la espada. La saque de su funda y cuando comencé a detallarla escuche una voz que me llamaba, era mi madre, supongo que la comida ya estaba lista, así que la metí nuevamente la espada en su funda y me fui, antes de salir le dije a Shambala -Tu quédate aquí, mas tarde te traigo algo de la comida de mi madre que se que te gusta jajaja-

Trask se sentó en la mesa con Corbak.

TRASK: Tienes mala cara Corbak, ha pasado algo? antes estabas mas animado.

Corbak saco de sus pertrechos las dos entradas para el circo ambulante aerial y se las tendió a Trask.

CORBAK: Te las he traído tal y como te prometí.
Trask acaba de llegar un compañero mio desde Unión. La princesa Katia ha desaparecido.

Hubo un silencio. Shalazar escucho como Grein dejaba de cocinar y salia a mirar lo que pasaba. Pudo sentir la tensión en el ambiente.

TRASK: Donde fue vista por ultima vez?

CORBAK: En Unión.

Trask se llevo las manos a la cara.

TRASK: No puedo creerlo. Y ahora que?

CORBAK: Han enviado Jadred, el inquisidor. Unión esta completamente cerrada, la están buscando. Pero se calcula que hace ya mas de dos semanas que esta desaparecida...

TRASK: Y basta una sola noche para sacarla de allí.

Corbak lo miro con pesar y asintió.

CORBAK: Van a retirar las tropas de la puerta del sur.

El rostro de Trask se volvió pálido y su expresión se torno en terror.

TRASK: Si no hay guardia los gigantes pasaran... que locura es esta? Es que nadie nos va a defender? Para que les pagamos entonces?

CORBAK: No creo que logre pasar ni uno solo, hace ya mas de trescientos años que no pasa ni uno, ademas piensa que los asesinos de gigantes verán una buena oportunidad para ganarse algo de dinero extra. Unión no ha retirado la prima por muerte de gigante.

TRASK: Y entonces ahora que es lo que va a pasar?

CORBAK: Buscaran un culpable y lo ajusticiaran. Dependiendo de quien sea, quizás incluso comience una nueva guerra.

Corbak miro a Shalazar.

CORBAK: Shalazar, ven siéntate aquí a mi lado. Sabes lo que esta pasando?

apenas entre a la habitación me di cuenta que el ambiente se había tornado un poco tenso y de preocupación, solo logre escuchar un poco de la conversación que tenían pero parecía algo grave, habían secuestrado a la Princesa Katia, sabia quien era pero no tenia idea de las repercusiones que podría traer al reino.

-La verdad es que hasta hace muy poco no me había interesado la política, y no se que pueda pasar con el reino luego de este secuestro- Le digo a Corbak mientras me sentaba en la silla, -Pero si pudiese contarme más estaría agradecido, al fin y al cabo he vivido toda mi vida aquí y debería interesarme por estas cosas.-

Yo no había sentido curiosidad especial por algo especifico, vivía mi vida conforme fuesen pasando los días, luego del hallazgo de la espada, la curiosidad por lo que pasaba a mi alrededor aumento considerablemente, tenía muchas preguntas pero tampoco quería hacer alboroto por ello, sabia que esa espada era una pieza importante de mi pasado, no con certeza pero mi instinto así me lo dictaba, aunque también pudiera estar equivocándome, no habría sido la primera vez.

CORBAK: Durante la Gran Guerra todos los elementales luchaban entre si. Arrasaron este mundo, poseían poderes que ya han caído en el olvido. Podían manejar sus elementos de una forma totalmente perfecta, no como ahora. Muchos o casi todos no necesitaban estar en contacto con su elemento para manejarlo.

TRASK: Así es, es como lo que hice en el bosque Shalazar, o como cuando tu manejas el fuego para forjar cosas. Pero cuando la guerra acabo, Unión lo prohibió. Ahora los únicos que realmente pueden usar esos poderes de forma natural son las familias reales elementales. Los demás solo tenemos acceso a lo que de forma natural podemos hacer. Por ejemplo, yo puedo mover una roca, pero no podría causar un terremoto ni mover una montaña. También puedo protegerme con rocas, pero no puedo proteger a los demás con ellas. Del mismo modo, tu puedes manejar el fuego, pero no puedes hacer que un volcán entre en erupción, ni soltar una llamarada que derrita la roca.

CORBAK: Explícaselo tu Trask, entiendes mejor estas cosas, y sabes mas de historia que yo.

TRASK: La Guerra termino cuando Hashim, el rey elemental del fuego de aquella época, forjo con ayuda de los elementales de fuego, tierra, agua y aire una enorme roca flotante en el cielo. La llamo Unión.
Hizo un llamamiento a la paz para todos, pero nadie le escucho, así que con ayuda de todos, consiguió acabar con la Gran Guerra luchando palmo a palmo por cada pedazo de tierra. Nos dejo un legado, el nos enseño que unidos eramos mas fuertes. Nos enseño que todos formamos parte de este mundo, que somos parte de un todo. Prohibió los poderes elementales mayores para que nunca mas nadie pudiera usarlos, pues eran muy peligrosos.
Unión es el legado directo de todos nuestros antepasados, todos ayudamos en su construcción, es parte de todas las razas.
En la actualidad, nadie puede iniciar un conflicto sin recurrir a los sabios de Unión, pero parece que eso esta cambiando. Antes nunca aprobaban la Guerra. Nunca habrían dejado que eso pasara.
Cuando alguien se interpone a los designios de los sabios, Unión saca a relucir su ejercito, compuesto por elementales de todas las clases, y no solo eso, todas las naciones tienen el deber de ayudar a Unión, pues Unión es la ley.
Pero ahora, y especialmente con el secuestro de la princesa Katia la elemental de tierra, se plantea un problema. Nadie puede acusar a Unión, así que buscaran a alguien que pague por lo sucedido, aunque haya sido algo echo por algún miembro del consejo...

CORBAK: Algo de lo que ya habíamos hablado verdad Trask? Las decisiones del consejo últimamente son... imparciales. Es algo extraño, no parecen ellos mismos.

TRASK: Si se pone en tela de juicio la imparcialidad de Unión, puede volver a haber otra Gran Guerra.

Corbak estallo en risas.

CORBAK: Pero que catrastrofista que eres Trask. Eso no puede ocurrir jamas.

TRASK: En cualquier caso, seguramente Jadred acabara descubriendo al raptor. Recuerda que es un clérigo poderoso. Es el mas alto miembro de la orden de Maltack el Hacedor. Seguramente acabara con todo esto.

La cabeza de Shalazar daba vueltas a todo lo explicado, mientras se sentía un poco confuso ante tantas cosas que desconocía. Justo cuando parecía que Trask continuaría con la historia alguien llamo a la puerta de la tienda de la forja.

Trask y Corbak se miraron mutuamente.

TRASK: Que pesados, ya no le dejan a uno ni comer en paz. Shalazar, puedes ir tu y ver quien es? Si quieren algo vendeselo, pero no te entretengas mucho Grein esta apunto de sacar la comida.

Me levante de la mesa y exclame con un tono de desanimo -Esta bien, iré yo; pero cuando vuelva terminaras la historia.- Lo que me contaban parecía serio y no podía tomarse a la ligera, si había la posibilidad de una guerra, teníamos que tomar previsiones al respecto, ademas era incierto como reaccionaria Unión a esta situación.

estaba algo distraído pues trataba de hallarle sentido a lo que me habían contado, ahora habían mas preguntas a las que responder y no tenia idea de donde sacaría información al respecto. Me acerco a la puerta con pasos un poco lentos, Me acerco a la puerta con pasos un poco lentos cuando escucho a Trask que me pregunta -Trask: Quien es? son clientes?- Justo en ese momento comienzo a abrir la puerta mientras le respondía -No lo se, aun no he abier...- No daba crédito a lo que veían mis ojos, todo se enmudeció y por un momento solo podía escuchar los latidos de mi corazón que con cada segundo se hacían más fuertes y rápidos.

Mi mente comenzó a divagar y llegue hasta pensar que lo que veía era producto de mi imaginación, *No puede ser* pensaba con asombro, *No es posible que ella este tocando a la puerta*. Unos segundos fueron suficientes para perderme en sus bellos ojos, me perdía de nuevo en la fantasía y no lograba hallar el camino a la realidad, solo lograba ver a la chica que bailaba tan plácidamente al ritmo de la música.

Mi pecho a arder y comenzaba a perder nuevamente el control de mi temperatura corporal, tanto que el pomo de la puerta quedo derretido en mis manos, la piedra del piso comenzó a derretirse, y el salón comenzó a llenarse de humo. No tenia el control de mi cuerpo, pero estaba consciente de lo que pasaba a mi alrededor, era como estar atrapado en mi propio cuerpo y no poder salir.

(Buen trabajo tyl, no esperaba menos de ti, en serio bien escenificado, aunque un poco mal redactado. Se notaba que querías poner muchas cosas y te has atropellado un poco con tus propias ideas a la hora de escribirlas, pero la idea en general esta muy bien. Te pongo un punto positivo y te doy una palmadita en la espalda. La historia sigue en Caminos de fuego y agua.)